Lo primero que debemos hacer es definir qué es un trastorno o una enfermedad psicosomática. Básicamente se trata de un síntoma físico que se supone producto de un padecimiento mental. Los trastornos psicofisiológicos se clasifican en trastornos mentales que surgen de disfunciones psicológicas, trastornos o dificultades que se manifiestan a través de síntomas físicos. Sin embargo, estos síntomas físicos no pueden atribuirse a ninguna enfermedad física grave ni a un origen. Tampoco están bajo el control consciente del propio paciente.
En la segunda década del siglo XX, se mostró cómo diferentes emociones producían patrones de alteraciones fisiológicas. También se ha demostrado que ciertos rasgos heredados responden de manera diferente a ciertos estímulos como el estrés o la ansiedad, provocando así fallas en el sistema físico. Las emociones negativas influyen en nuestras hormonas y reducen la inmunidad a varias enfermedades.
Un estudio de la Universidad John Hopkins de Baltimore, Estados Unidos, ha confirmado que los estudiantes de medicina que expresaban su ira, tenían hasta tres veces más posibilidades de desarrollar una enfermedad cardíaca temprana y cinco veces más probabilidades de sufrir un ataque al corazón que sus compañeros de clase más tranquilos.
Algunos de los trastornos psicosomáticos más habituales suelen ser: trastornos respiratorios, problemas cardiovasculares, trastornos gastrointestinales, afecciones de la piel, trastornos musculares y óseos, problemas del sistema nervioso y cambios endocrinos.
En conclusión, nuestra mente nos puede hacer pasarlo mal a nivel emocional y también físico, manifestando alteraciones físicas. Si este es tu caso, en L. García Campos Psicólogo, podemos ayudarte. Ponte en contacto con nosotros, y podremos enseñarte a manejar algunas herramientas con las que podrás tener ese ansiado bienestar físico y emocional que necesitas. También ofrecemos terapia online para tu mayor comodidad.
