L. García Campos Psicólogo

Consulta de Psicología en Aranjuez y Seseña llama ahora 685 992 720 | Horario: L-V Mañana 10:00-13:00 Tarde 16:00-20:00

Atrás quedaron esos tiempos en los que a la persona que tenía obesidad se la veía saludable y feliz. En aquellos tiempos era signo de opulencia y riqueza, era entendible ya que predominaba la delgadez, asociada a la pobreza y a la desnutrición. Hoy en día sabemos que las personas con sobre peso tienen más probabilidad de tener enfermedades y trastornos de salud. Como todos sabemos la genética y el metabolismo de cada persona están íntimamente relacionados con la facilidad o no para aumentar de peso.

De todas formas, aunque no podamos luchar contra la genética, los últimos estudios científicos nos dicen que una mala alimentación puede provocar subir de peso, pero no por la cantidad de comida ingerida, sino por la calidad (se entiende por baja calidad, alimentos con gran cantidad de grasa, azucares, que van directamente a parar a nuestra barriga, glúteos, cartucheras, etc.).
En los últimos años la psicología y la nutrición tienden a relacionarse con mayor fuerza. Comer más de la cuenta, en muchas ocasiones puede ser un vehículo de expresión de múltiples enfermedades como los trastornos de la alimentación. Pueden ser la expresión de diversos sentimientos como: inadaptación, conflictos y ansiedad.

«El estrés está relacionado con ganar peso, debido a las preocupaciones diarias como: la familia, el trabajo, la economía, etc. El estrés suele generar ansiedad lo que nos hace comer más para reducirla.»L. García CamposPsicólogo Sanitario

Por cierto, os dejo una pequeña reseña al final del texto sobre la diferencia entre estrés y ansiedad, términos que solemos confundir.

El estrés es un estado emocional muy relacionado con lo biológico, repercutiendo en la química del organismo pudiendo hacer que influya en el almacenamiento de las grasas en el cuerpo y en lo que nuestro organismo nos pide que comamos.

Existen alimentos que generan felicidad liberando diferentes sustancias químicas en el cerebro que nos hacen querer comer más, como por ejemplo, el chocolate. Su azúcar y la manteca de cacao hacen que el organismo absorba mejor el triptófano, aumentando así el nivel de serotonina en el cerebro. La serotonina es una sustancia anti-depresiva de la que ya habrás oído hablar, que nuestro cuerpo genera de una forma natural, pero necesita de otras sustancias para estimular sus funciones. Este aminoácido no solo está en el chocolate sino en otros muchos alimentos, queso, carne pescado, frutos secos, etc.

Por un lado tenemos alimentos que suben el ánimo, nos ponen feliz, pero por otro lado resulta complicado controlar la cantidad de alimento que ingerimos y el tiempo que dejamos entre comidas, cuando psicológicamente no estamos en nuestro mejor momento, ya que el estrés y la ansiedad nos hace comer más.

Muchas personas no comen en función de lo que necesitan, comen lo que les apetece, me refiero a planificar en la semana una comida variada y sana (fruta, pescado, verdura, carne, etc.). Comen lo que les gusta y en muchas ocasiones esto alimentos son muy perjudiciales en exceso, comer por placer de forma desmedida hace que el cerebro segregue dopamina, otra sustancia relacionada con la ludopatía y las drogas, por eso es tan difícil dejar de comer esos alimentos.

Por otra parte la depresión y el sobre peso también están muy relacionados, en algunos casos la obesidad es producida por la depresión (la medicación antidepresiva suele engordar y la depresión suele estar asociada a la ansiedad y la ansiedad puede hacernos comer sin control). Al final es un bucle del que es difícil salir. En otras ocasiones es la obesidad la que nos produce la depresión (autoestima baja, interminables dietas ineficaces, pobre vida social, realizar menos actividades placenteras). Tradicionalmente el sobrepeso ha sido tratado por profesionales de la salud: médicos y nutricionistas. Sin embargo desde hace pocos años la intervención del psicólogo está siendo más importante, debido a que con el tiempo se ha comprobado que la psicología y la alimentación van de la mano.

 

 

Ahora vamos a ver algunos trucos para adelgazar psicológicamente:

Actitud ante la dieta:
Si vas a empezar una dieta, piensa antes en los beneficios que vas a obtener. Como te verías con tu peso ideal. Pero cuidado, muchas veces el peso ideal no es el sostenible. Realmente tenemos que comprobar si nuestro peso no es saludable o queremos adelgazar para estar como un o una modelo de revista. Muchas veces la calidad de vida de una persona no se basa en perder 2 o 3 kilos, en ocasiones se encuentra en liberar la lucha con su cuerpo, aceptándose como es.

No te obsesiones con el peso:
No es cuestión de obsesionarse con la báscula pero tampoco te olvides de ella.

Quítate de la vista alimentos que no quieras comer:
Esconde refrescos y comidas perjudiciales que te puedan distraer de tu objetivo.

No comer deprisa:
La saciedad tarda una media de 20 min. en llegar a nuestro cerebro, así que tómatelo con tiempo.

Afrontar las emociones:

Si comes para afrontar los problemas, es hora de que te plantes y busques soluciones. Intenta solucionar tus problemas emocionales, si ves que no puedes tu sol@, puede que sea el momento de pedir ayuda.

Acostúmbrate a comer menos cantidad:
Es complicado al principio, pero si te acostumbra a poner menos comida en tu plato o dejarte comida en el restaurante, podemos hacer un hábito.

Cambia el estilo de vida:
Los hábitos son fundamentales en estos casos, romper con los malos y crear nuevos hábitos saludables. Por ejemplo, puede que estés acostumbrado a ver series comiendo hamburguesas con refrescos y cuando no lo haces te sientes mal. Nuestro cerebro se predispone a recibir su dosis de dopamina cuando conectamos Netflix, pero podemos romper este hábito realizando uno nuevo, por ejemplo comer una ensalada y agua mineral.

Comprar comida más saludable:
Intenta comprar comida más saludable y evitar ir con hambre al supermercado ya que solemos comprar inconscientemente comida con más calorías.

Deporte:
Nada nuevo ¿verdad? Es obvio que el deporte ayuda a quemar calorías. Pero también es obvio que no todo el mundo tiene la misma fuerza de voluntad para realizarlo. No hace falta que hagas la maratón de Nueva York, puedes empezar por usar menos el coche y dar algunos paseos. Los beneficios del deporte para la salud mental dan para otro artículo.

*Estrés: está producido por una situación o estímulo externo que está presente en ese momento y suele ser fácilmente identificable. Lo que puede que no sea tan fácil es acabar con el estímulo estresor (Ejemplo: tener poco tiempo, reuniones en el trabajo, visita de suegros, etc.).

*Ansiedad: es la respuesta a un miedo que no tiene por qué estar presente o la anticipación de este. Podemos tener ansiedad sin tener claro que es lo que la causa, además ese miedo no tiene por qué ser real, puede ser algo ilógico o que nuestra mente ha creado.

No olvidéis que todo lo comentado en este artículo no es aplicable en todos los casos, les recomiendo que para cualquier dieta acudan a un profesional, por ejemplo un nutricionista. Si tienen cualquier duda en cuanto a lo psicológico también les recomiendo que consulten con un psicólogo.

Llámanos